Todo comienza cuando el objeto de tu adoración te da una dosis embriagadora y alucinógena de algo que jamás te habías atrevido a admitir que necesitabas -un cóctel tóxico-sentimental, quizá, de un amor estripitoso y un entusiasmo arrebatador-.
- Eres un cerdo... Crees que el amor es sencillo, crees que el corazón es como un diagrama. - ¡¿Alguna vez has visto un corazón humano?! ¡Parece un puño envuelto en sangre!